Despeñaperros es un paraje que esconde un santuario íbero donde se han encontrado multitud de exvotos que son figuras que se utilizaban para hacer ofrendas a los dioses y pinturas rupestres. ¿Quieres saber algunas de las pinturas rupestres que encontrarás en el del parque natural de Despeñaperros?
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Pinturas Rupestres en Despeñaperros, ruta histórico natural
Arte rupestre Vacas del Retamoso
A través del sendero del Barranco de la Niebla podrás llegar al abrigo de Vacas del Retamoso, con manifestaciones de arte rupestre prehistórico que constatan una ocupación entre el Neolítico final y la Edad del Cobre, hace unos 5000 años.
Un paisaje excepcional, Los Órganos del Desfiladero de Despeñaperros, paso natural entre Castilla y Andalucía que a lo largo de toda la historia ha sorprendido y maravillado. En 1849, el viajero inglés William George Clark escribió sobre Los Órganos: «los peñascos escindidos verticalmente sobresalen como restos de algún castillo de gigantes en ruinas».
En 1926, el geólogo español Eduardo Hernández-Pacheco fue el primero en hablar de las pinturas rupestres y el primero en dibujar el panel de Vacas del Retamoso, aportando además un relato: «cuentan que el ejército napoleónico, al llegar al rellano donde están las pinturas rupestres, divisó desde lo alto e iluminadas por el sol las amplitudes de la gran llanura del valle Bético, el oficial, ante la magnificencia del espectáculo, mandó hacer alto al destacamento y presentar armas al espléndido panorama».
Pero este «castillo de gigantes» desde el que los ejércitos rinden pleitesía al magnífico paisaje, tuvo un significado distinto en la prehistoria, cuando las cuevas y abrigos fueron lugares de habitación y cobijo.
Conocemos que señalarlas con pinturas les sirvió de guía hacia la caza, los frutos o los recursos minerales (silex, arcillas o tierras colorantes); formaron parte de rituales y ceremonias «sagradas»; les avisaban de peligros, les conducían refugios y les marcaban los límites de la tierra.
Fueron códigos cuyo conocimiento contribuía a asegurar la continuidad del grupo y su control del territorio, y por ello desempeñaron un importante papel hasta que, miles de años después, se implantaron nuevas formas de dominio social y territorial (fronteras, fortificaciones, etc.)
Pinturas rupestres del abrigo de los órganos
Este yacimiento se encuentra situado en el cerro de los Órganos, dentro de los límites del Parque Natural de Despeñaperros. Los motivos pintados se sitúan en un aislamiento vertical de la roca a 1,50 metros del suelo, orientado al Noreste y protegidos por una visera. Contiene los dos conocidos antropomorfos triangulares con tocado tipo oculado y un tercer bitriangular con las manos alzadas junto a un cérvido esquemático con una cornamenta de gran tamaño en rojo oscuro.
En 1970 fue publicado el abrigo de «Los Órganos», descubierto poco tiempo antes por un pastor. Se encuentra en un abrigo situado casi en la cima, subiendo por el gran callejón que se abre a la izquierda del farallón rocoso, en el sentido de la marcha, a unos 890 metros de altitud. Se accede por el callejón citado y a través de un estrecho pasillo de 1 metro de anchura, a modo de poyo natural.
Las pinturas están protegidas por una visera y se hallan en un alisamiento vertical de la roca. Se trata de uno de los grupos más atractivos de todo el arte esquemático, donde se representa una danza ritual propiciatoria de la caza del ciervo. Su color es rojo oscuro.
De izquierda a derecha, la primera figura, es un antropomorfo bitriangular (sistema de dos triángulos unidos por los vértices) muy desvaído, con las manos alzadas, teniendo cuatro dedos por mano. Se trata de una mujer, posiblemente un ídolo o una sacerdotisa.
La posición de sus manos tiene carácter de ritual y el atuendo que adorna su cabeza podría inclinar a pensar en un posible carácter sagrado. El tocado presenta tres «barritas» a cada lado y los rodetes están tocando la cabeza y los penachos superiores.
El triángulo inferior parece representar una falda, observándose un movimiento de la figura muy femenino, originado por una ligera desviación en la unión de los triángulos por los vértices.
La figura que está a la derecha de la anterior representa a un hombre, se puede apreciar que es más alta que la anterior, tiene menos gracia de movimientos. Viste faldellín que nos indican las piernas mucho más largas. Tiene brazos y manos mucho más fuertes, y el tocado de la cabeza y hombros es totalmente diferente, aunque también nos indique un tocado de tipo religioso.
Esta figura tiene los «rodetes» separados de la cabeza y dos «barritas» horizontales paralelas por debajo a cada lado.
A la derecha se observa un ciervo con indicación de la cuerna, el rabo, el falo y la cabeza con la boca abierta, en actitud de berrea. Esta figura tiene casi perdida la mitad de su cuerpo y las dos patas delanteras.
Bajo él hay un arco acompañado de 5 flechas, cuya punta se ha diferenciado mediante un tracito más fino e independiente. Junto a él una figura muy perdida, pero en la que se pueden apreciar las manos levantadas, como asustando a la presa, que vuelve la cabeza para mirar dicha figura.
A la izquierda de este grupo de figuras hay un Pectiniforme de color negro y otras figuras.
Pinturas rupestres del Collado de la Ginesa
Se encuentran cerca del collado del mismo nombre, en uno de los crestones de cuarcita que, en sentido inclinado, descienden hacia el río Despeñaperros. Se accede desde la carretera que conduce a Aldeaquemada.
Se trata de un abrigo orientado al N-NO de unos 4 m de ancho por 2m de alto y 1 m de profundidad.
Grupo 1: está situado a la izquierda del abrigo, a 80 cm del suelo. Lo forman dos antropomorfos, uno ancoriforme y otro golondrina, con dos barras horizontales y paralelas entre el tronco y los brazos.
Grupo 2: se encuentra a 90 cm a la derecha del anterior y a 1,25 m del suelo. Está integrado por tres antropomorfos de tipo golondrina con el mismo dibujo de barras horizontales.
Grupo 3: está formado por un pectiniforme con apéndices sinuosos muy mal conservado.
Grupo 4: se encuentra a 1,15 m a la derecha del grupo 2, en un panel perpendicular al fondo. Lo componen cinco antropomorfos, cuatro de ellos ancoriformes y uno golondrina.
Se observa una distribución espacial intencionada, ya que las figuras con las barritas horizontales se situaron en la pared del fondo, mientras que las que no las poseen, cuyo número es coincidente, se plasmaron en la pared de la derecha.
Ruta Pinturas Rupestre Despeñaperros
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