Los gatos son animales curiosos, independientes y llenos de personalidad, pero también son sensibles a distintas enfermedades que pueden afectar de manera importante su calidad de vida. En este artículo hablaremos de cuatro problemas de salud felina frecuentes que tienen algo en común: todos requieren atención veterinaria para garantizar que nuestros gatos puedan vivir sanos, protegidos y felices.
FIV: el “sida felino”
El virus de la inmunodeficiencia felina, conocido como fiv en gatos, es una enfermedad viral comparable al VIH en humanos, aunque no se transmite a las personas. Se contagia principalmente a través de mordeduras entre gatos, por lo que los machos no castrados y callejeros suelen estar más expuestos.
El virus debilita el sistema inmunitario, lo que hace que el gato sea más vulnerable a infecciones secundarias. Los síntomas pueden ser variados: encías inflamadas, pérdida de peso, fiebre recurrente o infecciones que no terminan de curarse.
Aunque no existe cura definitiva, con un control veterinario adecuado, buena alimentación y cuidados preventivos, muchos gatos con FIV pueden disfrutar de una vida larga y estable.
Sarna felina: más que un simple picor
La sarna en gatos es una enfermedad de la piel causada por ácaros microscópicos. En gatos puede manifestarse como pérdida de pelo, heridas por rascado y un picor intenso que altera su comportamiento y descanso. Es muy contagiosa entre animales y, en algunos casos, puede transmitirse a las personas.
El diagnóstico temprano es clave, ya que el tratamiento suele incluir medicamentos tópicos o inyecciones que eliminan al parásito. Mantener una higiene adecuada en el entorno y revisar a los gatos que tienen contacto con otros animales son medidas preventivas esenciales.
Calicivirus felino: una amenaza respiratoria
El calicivirus felino es uno de los principales responsables de las infecciones respiratorias en gatos. Se transmite fácilmente por contacto directo entre gatos, a través de estornudos, saliva o incluso al compartir comederos.
Los síntomas más típicos incluyen estornudos, secreción nasal, úlceras en la boca y fiebre. En casos graves, puede causar neumonía. La mejor forma de prevención es la vacunación, que forma parte del calendario veterinario básico.
Diarrea en gatos: un síntoma a no ignorar
La diarrea en gatos no es una enfermedad en sí, sino un síntoma que puede deberse a múltiples causas: desde un cambio brusco de dieta hasta infecciones intestinales, parásitos o enfermedades más serias. Aunque un episodio puntual no suele ser alarmante, la diarrea persistente puede provocar deshidratación y debilidad, especialmente en gatitos o gatos mayores.
Identificar la causa es tarea del veterinario, que puede recomendar análisis, desparasitaciones o ajustes en la alimentación.
El denominador común: la atención temprana
Aunque cada una de estas enfermedades es distinta, todas comparten algo esencial: afectan directamente al bienestar del gato y necesitan atención veterinaria para garantizar su recuperación o control. La prevención, a través de la vacunación, la desparasitación regular y la observación diaria de cambios en su comportamiento o aspecto, es nuestra mejor aliada.
Cuidar de la salud de nuestros gatos significa ofrecerles no solo cariño, sino también la atención y los cuidados veterinarios que aseguren una vida más sana y feliz a nuestro lado.






